jueves, 23 de enero de 2025

LIMA, SIEMPRE LIMA

Lima invasiva e invadida. Lima de balcones de cajón y aroma a picarón. Lima criolla, Lima serrana, Lima de todos. Lima mía y de zutano. Lima de tranvías durmiendo el sueño y de combis destruyéndolo, de trenes eléctricos y peatones presurosos. Lima de tardes frente al mar y de bocinazos en horas punta. Lima siempre. Lima de águilas en emblema y de gallinazos en las torres. Lima de pregones y serenos; de humiteros y suerteros, de ‘fast food’ y vivanderas, de anticucheras y vendedoras de mistura. Lima de Palma, de Polo y de Chabuca. Lima que te quiero bien, Lima que te quiero mal, que te quiero verde y que te quiero más. Lima de cielo gris, de pálido sol y de llovizna feliz. Lima del hombre que se cree interesante, también del ambulante. Lima que se construye sobre lo que se destruye. La Lima del ‘niño bien’ y la del humilde también. Lima cosmopolita, Lima del arenal. Lima, siempre Lima. Te bautizaron Ciudad de los Reyes, y en mejor y en justa comunión, te hiciste de la plebe. Lima mía, Lima de todos, tierra de santos y de espantos. Lima de turrón, si no en octubre en cualquier mes del año, pues en tu nombre siempre se toma chilcano.


L.F.P.E. 

490 AÑOS DE LA FUNDACIÓN DE LIMA (8 DE ENERO DE 1535)

Hace 490 años, el conquistador extremeño desenvainó su espada, la dirigió hacia el cielo, y te puso por nombre Ciudad de los Reyes. En tiempos virreinales, tus rincones fueron preñando balcones de celosías, mujeres de saya y manto, y varones de pelucas empolvadas, prolijos ellos en frases galantes a ser obsequiadas a aquellas tapadas de sinuoso andar y misteriosa identidad. Antes del encuentro con occidente, fuiste la cultura precolombina que brilló bajo el oráculo de Pachacamac, el dios de los temblores; en ti anidaron los señoríos Lima e Ychma, cuyas deslumbrantes edificaciones, llamaron ‘huacas’. Curioso es el hecho de que, ya en tiempos coloniales, tu nombre original haya sido rescatado: Lima; acaso una primaveral victoria sobre el barbado Marqués. Protagonista de autos de fe, ajusticiamientos, rebeliones, motines, golpes de Estado, sigues siendo el palpitar de la República del Perú. Como hijo tuyo, te saludo, Lima querida. Y me permito invitar a todas mis amigas y amigos del exterior, a que visiten la que fue, en su momento, la capital de toda América del Sur. Lima –sede de la primera universidad del continente americano- les sorprenderá con su pasado prehispánico, virreinal, y republicano.


    Nací bajo tu cielo y creo que desde el vientre materno aprendí a quererte. Te fui conociendo más de la mano de mis padres, y ese amor infantil siguió creciendo. Te han llamado de distintas formas: Ciudad de los Reyes, Ciudad Jardín, la Tres Veces Coronada Villa, la Perla de Pacífico, Patrimonio Cultural de la Humanidad, y no faltó un célebre intelectual que te llamase ‘Lima, la horrible’, pero para los ojos y el corazón de este terco y devoto amante de tus calles y de las historias que ocultas en ellas, fuiste, eres, y seguirás siendo, mi más enriquecedora y edificante obsesión. ¡Feliz día, mi amada Lima y, por extensión, para todos tus hijos!

Lima, enero de 2025

lunes, 13 de enero de 2025

EL AUTOGOLPE MÁS GROTESCO DE LA AMÉRICA DEL XXI

El mal llamado "discurso" de Maduro, careció de sustancia. Aparte de sus fatuas y prescindibles intervenciones, como los piropos a su esposa, del tipo "¡qué bella luce!, ¿verdad?", ante una corte de aduladores apiñados en el Salón Elíptico en vez del hemiciclo de la Asamblea.

    No habló como un estadista, pues no es lícito pedirle esa calidad a quien jamás lo fue ni será. No se comportó como tal, además, porque en su mal amoblada cabeza, envanecida por no dejar el poder, se sabe un usurpador y compulsivo violador de los Derechos Fundamentales de las Personas, cuya traslación al Derecho Internacional Público, se llama Derechos Humanos.

     Cada vez que desde su boca, siempre soez y escatológica, invoca a Bolívar o a Sucre, no hace más que denigrarlos, vilipendiar sus inmarcesibles memorias, pues el Libertador Bolívar, fue resueltamente republicano.

    Esa misma indigencia verbal y moral es la que obsequia insultos de los más procaces a los mandatarios de izquierda y de derecha que acompañan la defensa del Estado de Derecho en la región, y a los expresidentes, que, ante un pretendido aterrizaje acompañando a Edmundo González, el pasado 8 antes del 10 de enero, ofreció bombardear el avión; bienvenida propia de un sátrapa desesperado, junto a su hombre fuerte y pobre diablo, Diosdado Cabello.

    Desde luego, expreso mi solidaridad por Marina Corina Machado, lideresa indiscutible, que sufrió un secuestro que, si no fuera por la intervención del concierto mayoritario de naciones libres -excepción de solo tres satrapías que lo apoyaron en semejante sainete de la "toma de posesión"-, de los cuando menos cuatro peruanos tildados de "mercenarios", sus familiares y nosotros como connacionales suyos del estado que atraviesan, algo sabríamos.

     Está indubitablemente probado que fueron al país llanero más que por razones de turismo y familiares, han desaparecido en Venezuela y mantienen en ciernes a sus respectivas familia, tratando de indagar por sus propios conductos, sin el apoyo de la Cancillería del Perú. Recién el pasado miércoles, Torre Tagle reaccionó tardíamente.

     Que publiciten con dureza, como la viene haciendo su par argentina ante el mundo, estos secuestros. Como simple ciudadano peruano, en pleno ejercicio de sus derechos civiles y políticos, no puedo callar. Recordemos que una mala política de puertas abiertas, dio luz verde al indiscriminado ingreso de personas nobles en inmensa mayoría, sin pesquisar si estaban o no con requisitorias en su país de origen.

Composición fotográfica: 'Diario Gestión 

Lima, 11 de enero de 2025

sábado, 11 de enero de 2025

AMARGO DÍA DE REYES

Me siento apesadumbrado, no lo puedo negar. En fin, les contaré. Como limeño y limeñista trato de conservar algunas costumbres inveteradas que han caído en desuso. Se supone que hoy estamos en Día de Reyes; los regalos navideños no se obsequiaban el 24 o 25 de diciembre, sino un día como hoy, siguiendo la tradición según la cual los magos obsequiaron oro, mirra e incienso al Niño Dios.

    Sucede que fui a la bodega de Melchor, le canté a capella dos villancicos a manera de obsequio. Sonrió y aplaudió muy buena gana y lo consideré un asentamiento tácito; abrí una bolsa de tela y metí en ella una botella de agua de mesa de tres litros y un paquete de galletas de soda. Me despedí con la mayor cortesía y ya estaba a punto de ganar la calle, cuando me dijo con inusitada brusquedad: "¡Oye tú, no me has pagado!". "Pero es mi regalo de santos reyes", repuse. "¡Qué santos reyes ni qué naranjas!". "No estoy llevando naranjas", sostuve con la más profunda naturalidad. "¡Paga, paaaga!", prosiguió enfurecido.

    Devolví lo que en justicia eran sus obsequios para mí, y regresé a casa cabizbajo. Se ha perdido todo espíritu navideño y la gente se ha vuelto más iracunda.

    Debí haberle dicho al bodeguero Melchor que no le hace ningún honor a su nombre.

Lima, 6 de enero de 2025