El 6 de agosto de 1824, el Ejército Unido Libertador del Perú, al mando del general Simón Bolívar, dio batalla a las huestes realistas en las pampas de Junín.
miércoles, 6 de agosto de 2025
201 AÑOS DE LA BATALLA DE JUNIÍN
sábado, 7 de junio de 2025
BOLOGNESI. LOS SUYOS, ARICA Y LA BANDERA
Horas antes, en la madrugada, el coronel Francisco Bolognesi Cervantes, sorbía una taza de café. Era preciso estar despierto. La captura del ingeniero Teodoro Elmore encargado de sembrar las minas para la defensa periférica de Arica; la vergonzosa deserción de Agustín Belaunde, jefe de ‘Los cazaderos de Piérola’, y la sordera oportunista de Leyva (“¡Apure…!”), le dieron la certeza de que lo acompañaba la soledad. Era él quien debía sostener a Arica con la impericia de muchos de sus soldados, algunos jóvenes civiles ensayados sobre la marcha como bravos guerreros, valientes de raza. Era el caso del acaudalado empresario iquiqueño Alfonso Ugarte Vernal, exalcalde de su ciudad natal y del bonaerense Roque Sáenz Peña, apenas recibido de abogado. Otros, más próximos a la jubilación, aunque con la enmienda de los galones y la experiencia acumulados, como Justo Arias y Aragüez y él mismo.
Había recibido la intimación de un tal Juan de la Cruz Salvo, sargento y emisario del general enemigo Manuel Baquedano, que no salvaba en nada su posición; por el contrario, las palabras del mensajero con nombre de redentor, indignaron el espíritu del viejo coronel, lo hirieron en su honor de soldado.
COMBATE DEL CALLAO (2 DE MAYO DE 1866)
Durante el primer gobierno de Mariano Ignacio Prado, merced
a un golpe de Estado, se convocó a un gabinete extraordinario para resolver el
asunto con España. Este pasaría a la historia como el ‘Gabinete de los talentos’.
Para el ministerio de Guerra, designó al eminente jurista cajamarquino, don
José Gálvez Egúsquiza, director a la sazón del Colegio de Nuestra Señora de Guadalupe,
y padre del gran orador, poeta y futuro presidente del Senado de la República, José
Gálvez Barrenechea.
Prado era un coronel deslucido, percibido entonces como
hombre de ambiciones desmedidas. El problema radicaba en la supuesta
‘exploración científica’ que la reina Isabel II -digna descendiente de Fernando
VII- había confiado al más cazurro de sus almirantes, Casto Méndez Núñez.
Luego de ocupar
las islas de Chincha –entonces el mayor yacimiento guanero en pleno apogeo -,
reclamando derechos sobre ellas y pagos inaceptables que supuestamente el Perú
debía a la corona española, la armada realista se apostó frente a la rada del
Callao, tomando la isla de San Lorenzo como centro estratégico.
A las doce del mediodía del 2 de mayo de 1866, Núñez Méndez ordena
los primeros cañonazos contra el puerto. La vecindad de Lima en carruajes, a
lomo de bestia, o sencillamente corriendo a través de la alameda que mandó a
construir el virrey Marqués de Osorno (hoy avenida Colonial), tomando
posiciones, se encontró con sus pares chalacos.
El otrora orgullo militar español para repeler en el siglo
XVIII a piratas y corsarios: la inexpugnable Fortaleza del Real Felipe ahora
enarbolaba bandera peruana. Semanas antes del inminente encuentro, el ministro
Gálvez, a instancias de sus asesores militares, había ordenado la construcción
de torreones o fuertes para contener el ataque de los buques enemigos.
De dichos lugares,
habrían de nacer los espíritus indomables de Cáceres (a cargo del fuerte
Ayacucho), Lizardo Montero, y del propio Grau, quien estaba entonces al mando
de la mítica corbeta Unión.
El soberbio
comandante hispano había considerado que, la del Callao, sería una victoria
rotunda. A las doce horas con 55 minutos, un proyectil venido de un barco
enemigo, hizo estallar el torreón de la Merced, y con él al valiente abogado que,
ante la premura y la necesidad, aceptó ser ministro de Guerra. A Casto Méndez,
el jefe de una armada que, bajo los anhelos de su reina, pretendió reconquistar
al Perú, no le fue mejor. Minutos después de recibir un proyectil certero, hizo
que toda su flota arriara las armas de España sustituyéndolas por timoratas
banderas blancas. Luego, pidió permiso, a través de un emisario, para que le
permitieran enterrar a sus muertos en San Lorenzo. El gobierno peruano no opuso
inconvenientes y, hasta hoy, esos combatientes de ultramar, guardan el sueño
eterno en una isla peruana rodeada de aguas chalacas.
El desangelado y
herido Casto Méndez Núñez, sobrevivió apenas dos años al célebre Combate del
Callao, siendo condecorado por la corona de España de todas las formas posibles…
pero sin honor.
Se han cumplido desde aquel aleccionador combate ciento
cincuenta y nueve años. El militarismo imperante en el siglo XIX, antes de la
elección del Manuel Pardo, primer presidente civil que tuvo el Perú, no admitía
que héroe civil caído en hecho bélico, no fuese militar.
El mejor tributo que podemos rendir al indiscutible héroe el
Combate del Callao, es liberarlo de las charreteras y del traje militar con
galones de coronel que jamás vistió en su marcha a la inmortalidad.
viernes, 4 de abril de 2025
DÍA DEL ABOGADO PERUANO (2 DE ABRIL DE CADA AÑO)
Tan solo la composición de su monumental Diccionario de la Legislación Peruana, justificaría que a 191 años de su nacimiento, veamos en Francisco García Calderón Landa al paradigma del abogado nacional. Fue precisamente por su reputación de brillante jurista que, convocado por una junta de notables, ocupó la presidencia de la República aquel álgido año de 1881.
jueves, 23 de enero de 2025
LIMA, SIEMPRE LIMA
490 AÑOS DE LA FUNDACIÓN DE LIMA (8 DE ENERO DE 1535)
lunes, 13 de enero de 2025
EL AUTOGOLPE MÁS GROTESCO DE LA AMÉRICA DEL XXI
El mal llamado "discurso" de Maduro, careció de sustancia. Aparte de sus fatuas y prescindibles intervenciones, como los piropos a su esposa, del tipo "¡qué bella luce!, ¿verdad?", ante una corte de aduladores apiñados en el Salón Elíptico en vez del hemiciclo de la Asamblea.
No habló como un estadista, pues no es lícito pedirle esa calidad a quien jamás lo fue ni será. No se comportó como tal, además, porque en su mal amoblada cabeza, envanecida por no dejar el poder, se sabe un usurpador y compulsivo violador de los Derechos Fundamentales de las Personas, cuya traslación al Derecho Internacional Público, se llama Derechos Humanos.
Cada vez que desde su boca, siempre soez y escatológica, invoca a Bolívar o a Sucre, no hace más que denigrarlos, vilipendiar sus inmarcesibles memorias, pues el Libertador Bolívar, fue resueltamente republicano.
Esa misma indigencia verbal y moral es la que obsequia insultos de los más procaces a los mandatarios de izquierda y de derecha que acompañan la defensa del Estado de Derecho en la región, y a los expresidentes, que, ante un pretendido aterrizaje acompañando a Edmundo González, el pasado 8 antes del 10 de enero, ofreció bombardear el avión; bienvenida propia de un sátrapa desesperado, junto a su hombre fuerte y pobre diablo, Diosdado Cabello.
Desde luego, expreso mi solidaridad por Marina Corina Machado, lideresa indiscutible, que sufrió un secuestro que, si no fuera por la intervención del concierto mayoritario de naciones libres -excepción de solo tres satrapías que lo apoyaron en semejante sainete de la "toma de posesión"-, de los cuando menos cuatro peruanos tildados de "mercenarios", sus familiares y nosotros como connacionales suyos del estado que atraviesan, algo sabríamos.
Está indubitablemente probado que fueron al país llanero más que por razones de turismo y familiares, han desaparecido en Venezuela y mantienen en ciernes a sus respectivas familia, tratando de indagar por sus propios conductos, sin el apoyo de la Cancillería del Perú. Recién el pasado miércoles, Torre Tagle reaccionó tardíamente.
Que publiciten con dureza, como la viene haciendo su par argentina ante el mundo, estos secuestros. Como simple ciudadano peruano, en pleno ejercicio de sus derechos civiles y políticos, no puedo callar. Recordemos que una mala política de puertas abiertas, dio luz verde al indiscriminado ingreso de personas nobles en inmensa mayoría, sin pesquisar si estaban o no con requisitorias en su país de origen.
Lima, 11 de enero de 2025